La apnea del sueño es un trastorno del sueño caracterizado por episodios repetidos de interrupción de la respiración durante el sueño. Existen dos tipos principales de apnea del sueño: la apnea obstructiva del sueño y la apnea central del sueño.
La apnea del sueño se caracteriza por episodios repetidos de interrupción de la respiración durante el sueño, que pueden durar de unos segundos a unos minutos. El cerebro envía entonces señales al cuerpo para que se despierte y reanude la respiración, lo que a menudo provoca ronquidos. Esto puede ocurrir cientos de veces por noche, lo que provoca un sueño fragmentado y de mala calidad.
La apnea del sueño no tratada puede tener consecuencias negativas para la salud de una persona, como:
- Somnolencia y fatiga diurnas, que pueden repercutir en el trabajo y las actividades cotidianas.
- Aumento del riesgo de accidentes o lesiones debido al deterioro de la función cognitiva y el estado de alerta.
- Hipertensión, que puede provocar otros problemas de salud como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y diabetes.
- Empeoramiento de enfermedades existentes como el asma y el reflujo ácido.
- Alteraciones del estado de ánimo, como depresión e irritabilidad.
Existen dos tipos principales de apnea del sueño:
- Apnea obstructiva del sueño (AOS): la forma más común de apnea del sueño, se produce cuando los músculos de la parte posterior de la garganta no consiguen mantener abiertas las vías respiratorias, provocando una obstrucción.
- Apnea central del sueño (ACS): se produce cuando el cerebro no envía las señales adecuadas a los músculos que controlan la respiración.
La apnea mixta del sueño es una combinación de AOS y AAC.
Da click en la imagen para ver el cambio
Los factores de riesgo de la apnea del sueño son la obesidad, los antecedentes familiares de apnea del sueño, ser hombre, tener más de 40 años, tener una circunferencia de cuello gruesa y fumar.
La apnea del sueño suele diagnosticarse mediante un estudio del sueño, que puede realizarse en una clínica del sueño o en casa con un dispositivo de monitorización portátil. El estudio mide diversos factores, como la frecuencia cardiaca, los niveles de oxígeno y los patrones de respiración durante el sueño.
Las opciones de tratamiento de la apnea del sueño incluyen cambios en el estilo de vida, como perder peso, evitar el alcohol y los sedantes y dormir de lado. La terapia de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP), en la que una máquina suministra presión de aire a través de una máscara que se coloca sobre la nariz y/o la boca durante el sueño, también es un tratamiento habitual. En algunos casos, puede ser necesaria la cirugía para reposicionar la mandíbula.
Aunque la apnea del sueño no tiene cura, puede controlarse eficazmente con un tratamiento adecuado. El tratamiento puede mejorar los síntomas y reducir el riesgo de complicaciones.
La apnea del sueño no tratada puede tener consecuencias negativas para la salud de una persona, como hipertensión, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y diabetes. También puede afectar al funcionamiento diario y aumentar el riesgo de accidentes o lesiones debido al deterioro de la función cognitiva y el estado de alerta.
El Dr. Hugo cuenta con las credenciales y acreditaciones vigentes para realizar procedimientos tanto en sus instalaciones como en las siguientes instituciones hospitalarias: